Foros ZackYFileS - A FAVOR O EN CONTRA

Voy a resumir un extracto de un ensayo de Albert Boadella el cual se llama "A favor o en Contra". La acción se desarrolla en una barbería donde el diálogo y la tertulia se presta entre barbero y cliente:

Cliente: !Arte! Ustedes los taurinos sólo tienen un argumento "el toreo es un arte y una tradición", según esto podemos afirmar que el garrote vil también fue una tradición.
Barbero: Comparación desafortunada, el garrote vil pone fin a la vida de un hombre y no hay ningún momento poético en su consecución
Cliente: Se empieza por degollar a un toro entre aplausos y pasodobles y se acaba por ejecutar al vecino al son de himnos patrióticos.
Barbero: Ya estamos mezclando churras con merinas. El fundamento del toreo es mucho más noble que todo eso y consiste en que el torero siempre se haya al borde del espanto, sin mostrar alteración alguna. Experimentando un pánico cerval que hay que dominar. Pues la sustancia de una buena lidia es derrotar el pánico.
Cliente: Y el toro ¿No tiene nada que decir ante esto?
Barbero: Muy bien, ¿Algo que decir el toro? Desde que el señor Walt Disney cometió la gansada de dar lenguaje y sentimientos humanos a una pandilla de ratas y patos histéricos, cualquier necio se cree que los animales reflexionan. Los hombres podemos admirar la belleza de los animales, el vuelo del águila etc.., pero no son ejecutadas por ninguna motivación ética ni estética. Es puro instinto.
Cliente: Entonces según usted , el arte está al margen de cualquier límite ético.
Barbero: No, todo lo contrario. El arte es moralizador. Sólo cuando el artista miente y no refleja la verdad, infringe los límites de la ética
Cliente: Entonces, lacerar y matar a un animal, es para usted pura ética porque se justifica con la verdad de la muerte. Su argumento me parece como mínimo perverso
Barbero: No es en absuluto perverso, porque no existe ni el más mínimo rastro de odio ni de indignidad en la muleta o en la espada
Cliente: Espadas al servicio del espectáculo, eso me suena. Porque estará usted deacuerdo conmigo en que tampoco deberían odiarse entre si los Gladiadores Romanos, y , sin embargo estaban obligados a luchar y matarse para regocijo de la plebe, ¿Qué? ¿también hay arte ahí?
BArbero: Aquello era Circo, y la lidia nada tiene que ver con el circo.
Cliente: ¿Como que no?. Pero si lo más digno que puede parecerse a la lidia es la brutalidad del circo romano. Masacre de fieras y personas ante el regocijo de la masa.
Barbero: La lidia no es un circo. Porque el torero no tiene ninguna voluntad de distraer al personal. Mientras un torero entra en contacto con el toro, va estableciendo con él una relación de tiempo que resultará esencial para el éxito de la fiesta. Torear nada tiene que ver con domar. El torero es oficiante de un sacrificio y el domador un bufón que convierte que el animal sea graciosamente ridículo. En la lidia el toro no pierde su bravura porque no abandona su naturaleza salvaje por el hecho de entrar en diálogo armónico con el hombre. Todo lo contrario, en una buena lidia, el animal expresa con mayor autenticidad si cabe, su fiereza y su carácter indómito, pero la acometida sólo alcanza el esplendor cuando un diestro posee el don del tiempo.
Cliente: Pero no me negará usted que se trata de una lucha desigual?
Barbero: En el plano de la naturaleza ciertamente desigual. ! A ver si un hombre tiene algo que hacer contra un cornúpeto furioso de seiscientos kilos!
Cliente: Si bueno, pero el torero armado con una espada
Barbero: Y el toro con dos puñales en la cabeza
Cliente: Pero hay que tener en cuenta el sufrimiento del toro
Barbero: Si, la artimaña consiste en sustituir mentalmente el lugar del toro por una persona, y demostrar así , con todo lujo de detalles, la magnitud del tormento. No existe hasta el momento ninguna posibilidad de homologar en un mismo plano, lo que puede sentir un animal en correlación con la persona.
Cliente: De ser así, ¿usted cree que esto nos avalaría para practicar violencia sobre unos pobres animales inocentes?
Barbero: No empecemos con las comparaciones. La inocencia animal no existe porque el término inocente es un concepto judeocristiano derivado del pecado original. Semejante orden humano y moral, logicamente no alcanza a ningún animal.

Cliente: Usted entonces defiende a unos aficionados que acuden a la plaza con ansias de participar en un acto de máxima violencia: tortura y muerte del toro
Barbero: No es así en absulto. El público taurino acude a la plaza con ansias de cultivar sus registros emocionales, porque allí rememora la lucha del hombre frente a la dificultad.
Cliente: Una lucha cruel y desalmada
BArbero: eso es el pan de los progres. ¿No le parece a usted un milagro poético que en la era de la informática y la conquista espacial, un simple pase, un quite o un desplante. basten para colmar la vida de una multitud?

Cliente: No se puede llamar arte al sufrimiento de un animal
BArbero: Me parece un disparate negar el arte a los ritos de la tauromaquia, por los supuestos agravios sobre la ética o la moral contemporánea. SEría lo mismo que no aceptar por sistema la belleza de las grandes obras universales, simplemente porque fueron realizadas por esclavos o por artistas de dudosa moral.

Como he dicho es un breve resumen de la obra de Albert Boadella "A favor o en Contra", no es nada de cosecha propia. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Sólo comentar que cuando se dialoga desde el respeto y la educación siempre éste alcanza cotas muy interesantes. Salud.