Originalmente escrito por Efebo.

Al reconquistarse Antequera a los Musulmanes en 1410, queda como plaza fronteriza entre el mundo cristiano y los pocos reductos musulmanes que permanecen ya a finales del siglo XV. Uno de esos núcleos era la hermosa localidad de Archidona, a apenas 15 kilómetros de Antequera, que permaneció bajo dominio musulmán hasta el año 1462. Entre ambos pueblos, la Peña de los enamorados, una enorme formación rocosa con cara humana, hacía de mudo vigía entre las dos culturas.

Cuenta la leyenda que una noche, hastiado por el calor, un joven cristiano de Antequera, de nombre Tello, salió a pasear a caballo por las afueras de la ciudad. Acercándose a la Peña de los Enamorados, fué hecho prisionero por un pequeño grupo musulmán, que se lo llevó a Archidona, donde fué encarcelado en las mazmorras de la alcazaba. Allí permanecería durante varios meses.

El alcaide de aquella prisión tenía una hija bastante hermosa, de nombre Tazgona, que trabajaba con su padre en la mazmorra, dandoles la comida y el agua a los presos. Tello y Tazgona simpatizaron, y durante los meses que el joven Antequerano permaneció en la prisión, se enamoraron profundamente. La joven musulmana, dolida por ver a su enamorado en aquellas penosas circunstancias, convino en que una noche le abriría la reja de la carcel y escaparían juntos a Antequera. Así lo hicieron, pero con tan mala fortuna que fueron descubiertos por las tropas musulmanas, que iniciaron la persecución de los dos jóvenes enamorados. Éstos, viendo que su prendimiento estaba cercano, trataron de resguardarse en la Peña de los Enamorados, lo cual fué un grave error, pues ahí no tenían escapatoria posible.

Viendo los jóvenes que los arqueros musulmanes empezaban a cargar sus armas, siguieron escalando la pendiente de la Paña, hasta que llegaron a su parte superior. Allí, desesperados, viendo que su escapada era imposible, se cogieron de la mano y se arrojaron al precipicio, prefiriendo morir juntos a permanecer separados en vida...

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