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Antiguo 10/12/2009, 13:51   #6
MAGNUNMAN
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EL CASO BENACAZON




OBJETO DEL CASO BENACAZON


[I][COLOR="Red"]En 1976 se produjo uno de los casos más famosos de la ufologia hispana. Por primera vez un juez redactaba unas diligencias judiciales por una agresión de un OVNI. Durante décadas esos documentos inéditos se mantuvieron extraviados en los sótanos de los juzgados sevillanos. Tras 11 días de rastreo El Ojo Crítico pudo hacerse con estos documentos en total exclusiva. Además, pudimos localizar, entrevistar y fotografiar, también en exclusiva, al protagonista del caso. Ahora nuestro compañero, Jose Manuel García Bautista, nos aporta una nueva reencuesta del incidente Benacazón, con una hipótesis alternativa muy razonable[/COLOR].[/I]



Acababa de comenzar ese año, no habían transcurrido más que unos días cuando a la primera plana de muchos diarios e informativos locales, regionales y nacionales iba a llegar una noticia que conmocionaría a la opinión pública: “Un labrador de Bencazón agredido por extraterrestres” y el diario que publicaba con toda su trascendencia dicha noticia no era un diario baladí ... ni mucho menos, nada menos que el diario ABC en su edición de Andalucía y de la firma de no menos conocido Benigno González, esto en la España de la época, de la reciente dictadura y de la del miedo social, publicado en un diario con el peso y popularidad de ABC pues era poco menos que un dogma de fe... Y sucedió una fría noche de Enero del 76, un 28 de Enero de 1976 para ser exactos por que fue la noche en la que Miguel Fernández Carrasco y la localidad sevillana de Benacazón entrarían a formar parte con letras de oro en ese libro de la Historia Ufológica de España.




Nuestro protagonista, el propio Miguel Fernández Carrasco, no era consciente de lo que le iba a suceder aquella noche... al menos no se lo esperaba y manos aún lo que sucedería después y lo que supondría... Y como esto no sería un viaje en el Tiempo si no nos entráramos en situación pues imagínese ,amigo lector, que es nuestro protagonista ,es varón de 24 años de edad y reside en Benacazón, como tantas otras noches pues regresa a pié de estar con su novia en el vecino pueblo de Sanlúcar La Mayor, trabaja en el campo y gana lo justo para vivir sin demasiadas comodidades e ir tirando, con el miedo a los grises (la policía nacional de la época, así se la llamaba) y con la incertidumbre de ¿qué sucederá en España tras la muerte del Caudillo? ... Con estas y otras preocupaciones familiares más importantes caminaba Miguel Fernández Carrasco hacía su casa pasada la medianoche ,eran unos cinco kilómetros de paseo nocturno, de frío paseo nocturno , cuando de repente le llama su atención una especie de estrella fugaz que recorre ante su incrédula mirada el firmamento sevillano... A penas unos segundos más tarde la escena se repite y Miguel piensa que es afortunado por presenciar la “caída” de una estrella fugaz dos veces en la misma noche y sigue con su caminar hacía casa. Apenas veinte minutos después –según el Diario ABC de Sevilla del 29 de Enero de 1976 transcurrieron sólo 15 minutos- Miguel atónito observa como un extraño objeto con forma de cabina telefónica –a decir del propio testigo- comienza a descender del oscuro cielo hasta tomar tierra. Miguel se encontraba en un camino cercano a la estación de trenes de Benacazón que en la época estaba en las afueras del pueblo. Aquel aparato estaba aterrizando apenas a unos metros de su persona -siendo más precisos en la distancia los investigadores, comandado por el ufólogo sevillano Joaquín Mateos Nogales, la cifraron en 5 metros-. Aquella cabina voladora u objeto en forma de prisma y color verdoso superaba los 2 metros de ancho por 4 de alto y en la zona superior tendría ubicada una especie de cúpula giratoria que emitía rayos de color rojo y blanco, a sus lados una especie de patas que desplegaba a modo de aletas. Cuando aquel aparato tomó tierra quedando firmemente unido al suelo por un trípode “sui generis” a modo de tren de aterrizaje se abrió una puerta en forma de medio punto arco del que descendiéron, a través de una rampa y entre una deslumbrante luminosidad, dos humanoides de considerables altura (2 metros) y luciendo un extraño traje ajustado al cuerpo –tal como la lycra- de tono oscuro y sin embargo brillante. Todo ello “aliñado” por un molesto y ensordecedor zumbido que desorientaba al sorprendido testigo. Aquellos “hombres” portaban un cinturón con una hebilla ancha que tenía la particularidad de tener una luz intermitente roja en su centro. Parecían dialogar entre ellos en un idioma desconocido mientras Miguel permanecía “anclado” al suelo incrédulo por lo que estaba viviendo aquella noche , cuando se pudo sobreponer de la impresión comenzó a correr por aquellos caminos como si en ello le fuera la vida...Lo seres al percatarse de la presencia y huida del testigo ascendieron por la rampa y el extraño objeto en forma de prisma despegó en persecución del propio Miguel Fernández Carrasco. Aquella persecución del aquel extraño objeto que volaba oblicuamente hacía nuestro testigo lo llenaba de terror ya que pensaba que le daría caza no pasado demasiado tiempo y la distancia hasta el pueblo se le antojaba excesiva para alcanzarlo en su carrera –aproximadamente 1´5 Kms.- .Y no estaba equivocado Miguel ya que justo había concluido de pensar en ello cuando comprobó que aquel objeto proyectaba sobre él un extraño haz de luz, un arma lumínica, un trueno de luz sobre su persona que lo dejó semiinconsciente en el suelo, sin aliento, sin fuerzas y sin casi vida para poder contarlo... Miguel se sintió quemado, abrasado, tostado por un “algo” incomprensible para él, fuera del alcance de su conocimiento y de su raciocinio.




Se desatan los acontecimientos
Casi arrastrándose y maltrecho, al filo de las dos de la madrugada sevillana llegó al dintel de la puerta de su casa en el número 81 de la calle General Franco –hoy número 21-, presa de un ataque de pánico, tintado por una extraña sustancia, tiznado y temeroso de lo que le había atacado. Sus hermanos lo atendieron como buenamente pudieron y cerraron la puerta apoyando una silla contra la misma ya que Miguel temía que aquellos humanoides en el interior de su estrella regresaran a por él... Sus hermanos ,Teresa y Antonio Fernández Carrasco, no sabían que hacer ante el pánico y el estado de su hermano, no habían transcurrido más que unas horas de este incidente cuando se decidió trasladar a Miguel –por recomendación del médico local de Benacazón- al Hospital de San Lázaro en Sevilla, allí se le interna en la sala de la Milagrosa donde se le toma “declaración” de lo sucedido.

Ante la increíble historia que narraba se decide llamar al psiquiatra del centro hospitalario, el doctor Jorge Troaño, realizándole un estudio neurológico observando una gran agitacion-excitación psicomotriz, gran alteración nerviosa y psicosis temporal por lo sucedido, de todo ello nuestro periodista de ABC, Benigno González, sería cronista de excepción para la edición de ABC el día 29 de Enero de 1976. Miguel estuvo en observación, fue convenientemente atendido y limpiado tal y como recoge el diario El Correo de Andalucía del día 30 de Enero de 1976. De su ropa fue extraída aquella sustancia -que los más sensacionalistas tildaron de extraña- que la tiznaba y tras comprobar la mejoría en su estado el paciente de la cama 28 fue dado de alta.

Una noticia como esta y a tenor de lo testimoniado por la víctima tuvo que ser denunciado al Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla en el Prado de San Sebastián a donde el doctor Monsalve Cano, médico de guardia la noche de autos remitió el expediente con lo sucedido y relatado por Miguel Fernández Carrasco, donde muy grosso modo decía aquel informe que el testigo afirmaba haber sido agredido por dos extraterrestres. Atendiendo a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, artículo 789 en 1976 el juez de Instrucción ,Sr. Bouza Gil, ordenó la incoación de diligencias y citación de la víctima y médico de guardia. Ante la imposibilidad de imputar el delito a ningún agresor conocido el juez ordenó el sobreseimiento y archivo de las diligencias, hecho que también fue publicado por el diario ABC de Sevilla el 12 de Febrero de 1976. Fue la primera vez en la historia de la Ufología nacional que un Juzgado recogía y abría diligencias por agresión contra los ocupantes del esquivo fenómeno de los Objetos Voladores No Identificados... el misterio del siglo XX.

En la desconexión para informativos locales de TVE el espacio “Telesur” se hacía eco de esta historia de agresiones y agredido, de misterios, de OVNIs, de humanoides y del rayo de la muerte que en esta ocasión no acabó con la vida de su víctima...

Para muchos tan increíble historia resultaba poco menos que imposible de pensar siquiera que todo hubiera sido urdido por la mente del propio Miguel, una persona ignorante y casi analfabeta (según los testimonios de la época) y hubiera realizado una actuación tal que hubiera engañado a los galenos de San Lázaro. Y así diferentes medios de comunicación trataron de indagar en la vida del protagonista, no encontrando nada anormal en él o en su vida salvo que aquella noche dijo haber consumido dos cervezas no infiriendo en su estado ya que los análisis arrojaron como resultante un estado de embriaguez ni se encontró nada anormal digno que reseñar. Hasta aquí los hechos, más o menos objetivos, acaecidos aquella terrorífica noche.


[B][I]¿Qué sucedió realmente?[/I][/B]



Aquella noche sucedió algo bien diferente: Miguel Fernández Carrasco sabía que en la zona de Benacazón los días 9 y 10 de enero se habían producido una serie observaciones OVNI teniendo como testigos a diferentes vecinos del pueblo, motivo este por el que fue muy comentado en el mismo y del que fue participe curioso de los comentarios que sobre ellos había al respecto. Había mucha información y descripciones amén de la que subliminalmente introdujeron a posteriori en su cabeza de casos similares al suyo en otras latitudes de nuestro planeta. La zona del Aljarafe sevillano era un hervidero de informaciones OVNI que sacaban los diferentes grupos de investigación teniendo profuso eco en los medios de comunicación locales a nivel de prensa, sobre todo tras el incidente también de persecución OVNI sufrido por el comerciante Adrián Sánchez a bordo de su Diane 6 en la próxima localidad de El Castillo de las Guardas (1). Aquellos meses de los años 1975 y 1976, fueron meses de gran actividad OVNI, de grandes informaciones y noticias al respecto de los que pocos sevillanos se pudieron evadir... ni siquiera Miguel Fernández Carrasco.

Pero a Miguel Fernández Carrasco aquella noche le ocurrió algo muy diferente, a decir de las personas entrevistadas en Benacazón e incluso de la propia opinión del doctor Monsalve Cano, esa otra versión de unos hechos que nadie quiso decir o que todos prefirieron omitir...incluido su propia familia y allegados “off de record”: Miguel regresaba de casa de su novia Carmen Alvarado cuando debido a un problema familiar fue asaltado por unos familiares políticos quienes le condujeron casi a rastras una carbonería cercana que había en la zona , allí Miguel trató de librarse de su agresores pero fue sistemáticamente arrastrado y agredido, entre restos de aceite, carbón y alquitrán...que dejaría huella en su cuerpo. Cuando Miguel quedó libre comenzó su penoso transitar hacía su vivienda en Benacazón narrando la versión ufológica con posterioridad que todos conocemos, huyendo de los motivos familiares que causaron aquella agresión quizás por que su verdad era más dura que la “verdad” que a todos trató de hacer creer... una “verdad” amparada en el conocimiento que tenía de hechos que venían ocurriendo en la zona del Aljarafe...

Tienen las dos caras de la moneda, los dos polos de una misma historia, lo realmente extraordinario y lo realmente infame, lo legendario y lo revelador, lo imaginario y lo verdadero... Ahora, y 30 años después, tenemos esa otra versión oculta y silenciada, la que no vende y mucho menos rellena negro sobre blanco para ser editado y vendido como el sumun de lo ufológico por una y otra parte. Tienen lo reacondicionado, lo reescrito y lo reinvestigado. Ahora es su turno, creer lo siempre mantenido o lo hallado en voz de sus protagonistas, la verdad del caso Miguel Fernández Carrasco es sólo una y no tiene nada que lo relacione con OVNIs y humanoides, aunque siempre les quedará a los románticos del pasado esa verdad del ayer, quizás más atractiva que el pragmatismo del presente y quizás menos dura que devolver desde esta líneas al lector a la realidad del caso Miguel Fernández Carrasco.
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