Querido sentimiento . . . quiero decirte que, cuando llegaste a mi vida, te sentí llegar de una manera muy suave, tan suave como un copo de nieve en la noche. No pensé que eras tu. Sólo supe que tu presencia me hacía bien. Me hizo sonreir mas a menudo, me hizo pensar que debia recibirte. Cerré los ojos, y te dejé anidar en mi alma.

No pedi nunca nada a cambio, porque sólo el hecho de que llegaras a mi, ya me hacía feliz, pero todo te lo dí.

Muchas palabras nacieron en mi, fue como si tu presencia las hiciera brotar... como si el estar tu en mi alma, fuera el rocio para una flor, o la lluvia para los campos sedientos.

Nunca me hiciste daño, y tampoco lo harás, porque tu, querido sentimiento, das vida.

Si alguna lágrima corre en tu nombre, no son lágrimas de tristeza, son lágrimas por darme cuenta que soy capaz de sentirte dentro de mi.

Gracias sentimiento. Sé que llegaste para quedarte, que más puedo decirte, no te pido nada, solo que me dejes seguir teniéndote en mi, no dejes que te ponga ataduras, quedate libre, porque la verdadera belleza tuya, es sentirte, sin aprisionarte, y con eso, ya se es felíz.

No soy un Hada, aunque existen, y creo en ellas. No eres un sueño, aunque soy soñadora. Solo tienes un nombre . . .

Un sentimiento llamado Amor . . .

Besitos.

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