En Siberia existe una construcción que podría calificarse como una de las más escalofriantes rutas del mundo, la carretera transiberiana. Con un recorrido de 2.000 kilómetros que une las ciudades de Magadan y Yakutsk, fue mandada construir por Stalin cuando aún la Unión Soviética buscaba consolidar su poder e influencia en la remota y extensa Siberia. Es sabido que Siberia es una de las regiones más inhóspitas del mundo.
Tanto que, en ciudades como Verkhoyansk, tienen un problema inimaginable para los climas templados: enterrar a los muertos. La temperatura más baja registrada es de -71°C.
El problema surge porque la tierra helada tiende a expulsar los cadáveres nuevamente hacia la superficie, con lo cual hay que volver a enterrar a los muertos.

Cuenta la historia que miles de personas fueron obligadas a realizar trabajos forzados para construir esa carretera transiberiana, más conocida como "Carretera de los huesos", aquella donde los que se opusieron a Stalin lo pagaron con su vida.

Los ingenieros comunistas encontraron una solución espeluznante: para evitar tener que cargar y desplazar a otras zonas a los fallecidos, decidieron reemplazar la capa de zahorra o piedra gruesa compactada, sobre la que se asienta el asfalto de las carreteras, con los restos de los huesos de los disidentes asesinados. De esta forma se podrían deshacer de miles de víctimas en el mismo sitio donde caían.

Cada metro de construcción de aquella carretera costó una vida. Se dice que con las temperaturas existentes en la zona, ninguna persona, perdida en aquellos parajes, apenas aguantaría 8 horas sin congelarse.

Y cuenta la leyenda que las almas de muchos de ellos vagan por allí.

Durante un tramo de casi 30 kilómetros de esa carretera, la cantidad de accidentes es altísima. Cuando los conductores afectados han sido preguntados por las causas que motivaron su accidente, ninguno hasta ahora ha recordado el motivo.

Como consecuencia, los amantes de las leyendas y de los misterios se han lanzado a proclamar sus teorías fantasmales, aunque la que más científica de todas es aquélla que dice que los causantes tanto de los accidentes como de los olvidos son unas filtraciones de un determinado gas… que nadie ha podido determinar de dónde procede ni de cual se trata.

Lo cierto es que en esa carretera, tan representativa de la barbarie humana, confluyen todos los ingredientes para pensar en hechos oscuros. Figura en las listas como una de las carreteras más peligrosas del mundo.

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