Libertad total de precios para los clientes. La CMT ha terminado su análisis del mercado de telefonía fija y su conclusión es que debe finalizar el control de las tarifas de Telefónica en este campo. Será la primera vez que esto suceda en 80 años y significará el fin de la última imposición gubernamental de precios finales. El único problema es que la CMT ha tardado un poco más de lo previsto en llegar a esta conclusión pero lo importante es que ha llegado.
Acaba de empezar el mes de alegaciones de los afectados, al que seguirá un periodo de tres meses -ampliable- durante el cual la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) tendrá que llegar a una decisión final. La resolución se envía a Bruselas -única institución con poder para cambiar la situación si no está de acuerdo o los estudios en los que se basa la propuesta son inconsistentes-, donde puede estar un máximo de 31 días mientras la Comisión Europea medita su opinión.
El plazo mínimo, por tanto, se cuenta por meses, y el máximo puede alargarse más allá de medio año. Pero teniendo en cuenta que supondrá cuando termine la liberalización de los precios de Telefónica de España después de 80 años de control, la espera no se hará muy larga.
Y es que la CMT ha terminado su análisis sobre el mercado de telefonía fija minorista -el que afecta directamente a los clientes finales, ya sean particulares o empresas- y, aunque ha observado que no es realmente competitivo, ha decidido que la intervención sobre los precios finales no es la mejor manera de manejar la situación.
Por eso, cuando la propuesta se convierta en norma, terminará el control de precios minoristas de Telefónica. En los últimos años, esta vigilancia se ha plasmado en el price-cap, que no es otra cosa que el sistema por el cual el Gobierno decretaba ejercicio tras ejercicio las rebajas de tarifas que estaba obligada a hacer la operadora dominante.
'Price-cap' de despedida
El único problema es que la CMT ha tardado un poco más de lo previsto en llegar a esta conclusión. En teoría, debería haberlo hecho varios meses antes, de forma que sus decisiones entraran en vigor este mismo año. Puesto que se ha retrasado y la materialización de su propuesta no se hará realidad hasta 2006, a Telefónica todavía le va a quedar un price-cap más que cumplir: el que se establezca para el año entrante. La cuantía de la rebaja dependerá, todavía y por última vez, del Gobierno.
Pero el hecho de que Telefónica tenga libertad para fijar precios finales no significa que no vaya a estar vigilada. Lo estará, y mucho, sólo que el control para a ser a posteriori, frente al price-cap, que lo es a priori.
La CMT será la encargada de auditar los movimientos de Telefónica. La intención de todos estos cambios es dar cuerda al mercado, confiar en que la regulación de los precios mayoristas funcione, pero estar ahí por si hay cualquier problema. Porque de toda la filosofía que quiere implantar Bruselas en las normas de telecomunicaciones, la parte más importante es la que conmina a las autoridades locales a primar la intervención en el mercado mayorista frente al minorista. Si el primero está bien regulado, no tiene por qué haber problemas, ya que Telefónica perdería dinero si pusiera sus tarifas a clientes finales por debajo de lo que cobra ella a otras operadoras por usar su red. En sentido inverso, si Telefónica elevara sus precios finales, la competencia lo tendría muy fácil para dar tarifas más atractivas y no se contratarían sus productos.
De todas formas, Telefónica debe comunicar a la CMT con 21 días de antelación cualquier precio o plan de descuentos que quiera lanzar. Ya no tendrá que esperar a su aprobación, pero el regulador puede poner pegas. Por supuesto, las tarifas no podrán falsear la competencia.
Cambios en concursos públicos y menos límites geográficos
En la línea con la filosofía de menor intervención, la CMT también ha creído conveniente modificar las obligaciones de Telefónica a la hora de presentarse a concursos públicos. Antes tenía que entregar al regulador las ofertas que tenía previsto hacer de forma previa, y ahora basta con que guarde la información para que la CMT lo pueda controlar a posteriori.
Telefónica también tendrá mayor libertad para adecuar su oferta de precios a las necesidades de distintas zonas geográficas y a los perfiles de los clientes. Las obligaciones de 'no discriminación' y 'promediación geográfica' se suprimen en la propuesta de la CMT. Otra vez, se entiende que la regulación de los precios mayoristas evitará conflictos en los minoristas
FUENTE:
http://www.adslzone.net/article649.html