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Cara-Ancha
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Cartel que anunciaba la corrida de despedida de Cara-Ancha, en Sevilla, el 11 de noviembre de 1894.Cara-Ancha, nombre artístico de José Sánchez del Campo (Algeciras, provincia de Cádiz, 8 de mayo de 1848 - Aznalcázar, Sevilla, 31 de mayo de 1925), fue un célebre matador de toros español.
Su familia se trasladó a Sevilla donde conoció el arte del toreo y donde tomó la alternativa el 24 de septiembre de 1874 de la mano de Manuel Domínguez, confirmándola en Madrid, el 25 de mayo de 1875, de manos de Lagartijo, con el toro Apreturas de Veragua. El 9 de abril de 1882 fue herido de gravedad en el costado derecho mientras toreaba en Madrid pero se recuperó y ese mismo año tuvo quince corridas más en la capital de España.
A Cara-Ancha le tocó compartir la época dorada de Frascuelo y Lagartijo, e intentó ser rival de este último. El apodo le sobreviene de una peculiaridad física, apreciable en las fotografías y en los grabados de Daniel Perea que de él se conservan.
La suerte de «recibir» es una de las más arriesgadas del toreo, consistente en matar al toro de frente y con los pies quietos hasta introducir la espada, y apenas se ejecutaba de forma canónica desde los tiempos de Pedro Romero. Cara-Ancha lo intentaba a menudo, sin lograrlo, para intentar distinguirse de los dos grandes toreros de la época, Lagartijo y Frascuelo:
Yo había conseguido todos mis deseos. Fui banderillero, fui matador, tuve cartel; toreando con aquella gente, con aquellos, ya me entiende usted, me había hecho un puesto... pero yo quería más, algo que sobresaliera, que no hicieran ellos; algo que me diese personalidad, que fuese mío. Rafael [Lagartijo] no recibía. Salvador [Frascuelo] lo hacía muy imperfectamente, aunque con un valor asombroso.
Cara-Ancha, carta a un amigo, citado por Cossío.
Hasta que lo logró la tarde del 19 de junio de 1881, ante el toro Calceto, de la ganadería de Aleas, en la plaza de Madrid. La hazaña de Cara-Ancha tuvo repercusión en toda España y su recuerdo permaneció muchos años después entre los taurinos, incluido Machado. Eso explica que la evocase en su poema tantos años después, aunque aún vivo Cara-Ancha. Así lo narró el propio matador a un su amigo, en carta que reproduce Cossío:
Un día me salió un toro de Aleas, grande y bravo, que me tomó bien la muleta, y sentí un escalofrío, comprendí que la suerte estaba allí: le metí el pie y le pinché en hueso. El encontronazo fue tremendo, pero le vacíe bien y no perdí terreno. Me enardecieron las palmas, siguió el toro tomando bien la muleta y, al cuadrárseme de nuevo, le metí el pie otro vez, fijo nada más que en la mano izquierda; cuando vi la cabeza en la muleta, doblé la mano, pasó el toro y sentí la mano derecha en el morrillo y el aplauso del público. No me moví del sitio, giré sobre los talones y vi que el toro llevaba el estoque en la cruz y hasta las cintas, Cuando el toro aquel caía, un momento después, pareció que me descargaba de un peso. Y era que lo que había soñado, gracias a Dios, pude hacerlo.
Cara-Ancha, citado por Cossío.
Cara-Ancha se retiró en la plaza de toros de Sevilla el 11 de noviembre de 1894 con toros de Joaquín Muruve. Falleció en Aznalcázar, ciudad de la que fue alcalde, provincia de Sevilla, el 31 de mayo de 1925.
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